viernes, 30 de octubre de 2009



Manuel Area Moreira, nos presenta un cuadro comparativo imaginario, el que da cuenta tanto de las ventajas como de las desventajas de la relación existente entre la tecnología y el contexto social en que se emplean, como así también menciona una serie de desafíos educativos en relación con los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, para poner en práctica en el proceso enseñanza aprendizaje.

Las tecnologías son un factor relevante que estructura, redefine y configura las relaciones sociales, económicas y culturales y, en consecuencia, la dirección del cambio social. A cada paso que demos, podemos observar la influencia de las llamadas nuevas tecnologías de la comunicación e información, como computadoras, equipos multimedia de CD-ROM, redes locales, Internet, televisión digital, telefonía móvil, etc. y cómo éstas ganan terreno a pasos agigantados a través del uso generalizado de las mismas en las transacciones económicas y comerciales, en el ocio y el tiempo libre, en la gestión interna de empresas e instituciones, en las actividades profesionales, en todo momento, tiempo, lugar, y circunstancias de la vida.

Las tecnologías digitales rompen barreras espacio-temporales, facilitando la interacción y la comunicación entre personas mediante formas orales (la telefonía), escrita (el correo electrónico) o audiovisual (la videoconferencia), entre otros como la radio, la televisión, el teletexto, Internet, etc., Además, ellas permiten incrementar rapidez y eficacia en tareas y servicios que tradicionalmente eran realizadas de una forma rutinaria y mecánica.

Las tecnologías digitales posibilitan nuevas formas de actividad productiva, la emergencia de nuevos puestos de empleo relacionados con el desarrollo y aplicación de la tecnología informática, tareas laborales a distancia, utilizando redes de computadoras.

Pero es en base a esos notorios beneficios, y sus contradicciones, el autor subtituló su texto: las tecnologías también tienen sus sombras”. Entre esas “sombras” (metafóricamente hablando) menciona:

· Las tecnologías, paradójicamente, obstaculizan el progreso hacia un modelo social más democrático y de equilibrio en la distribución de la riqueza material, así como hacia un modelo de sociedad menos agresivo con la diversidad cultural.

· El aumento del conocimiento y el contacto con las distintas culturas y grupos sociales del planeta, están provocando un uniformismo cultural, en desventaja de la diversidad cultural del conjunto de pueblos y naciones del planeta.

· La expansión desmedida de los artefactos tecnológicos puede provocar, como ocurre en muchas ocasiones, la pérdida del sentido y significado de la existencia, de las señas de identidad culturales, de muchos individuos y colectivos sociales.

· “El proceso de globalización apoyado en el control de los medios de comunicación, está imponiendo la hegemonía cultural de la civilización occidental, fundamentalmente norteamericana, sobre el resto de las culturas del planeta”, donde por ejemplo, la juventud de la mayor parte de países, consume la misma ropa, música, comida, juegos, películas, etc., es decir, tienen las mismas experiencias culturales con medios.

· El acceso a las nuevas tecnologías digitales, está al alcance de personas que tengan las posibilidades materiales para comprarlas y las habilidades adecuadas para usarlas, provocando un aumento de las distancias culturales y sociales.

· Las comunicaciones digitales, conllevan inevitablemente a la pérdida de la privacidad y el incremento del control sobre los individuos y grupos sociales.

El desconocimiento del uso de las tecnologías, son equiparables a lo que, hasta hace pocos años, representaba no saber leer y escribir y que conllevaba la exclusión de amplios sectores de la sociedad adulta. Por lo tanto, la alfabetización tecnológica es una condición necesaria, en la actualidad, para que se pueda acceder y conducirse inteligentemente a través de la cultura y tecnología digital.

La generación de adolescentes y jóvenes actuales, nacidos ya en el contexto de la sociedad de la información, se han acostumbrado a entender los nuevos códigos de comunicación y a usar las tecnologías de la información de forma constante, para actividades propias de entretenimiento y formación. Por el contrario, existe un gran porcentaje de la población adulta que no posee esas habilidades y estrategias de comunicación.

Otra cuestión problemática planteada, tiene que ver con la cantidad y naturaleza de la información que recibimos. Los niños, jóvenes y adultos estamos expuestos a un flujo permanente de información, pero no siempre la sabemos transformar en conocimiento (Bartolomé, 2001).

Manuel Area Moreira afirma que el progreso de un país no sólo depende de sus recursos materiales o de la inversión realizada de capital, sino también, de la cantidad y calidad de los recursos humanos disponibles, con lo que estoy absolutamente de acuerdo. Se observa entonces, una urgente necesidad de planificar y poner en práctica programas y acciones formativas destinadas a facilitar el acceso al conocimiento y a las nuevas tecnologías a amplios sectores de nuestra sociedad: a los niños y jóvenes, a los profesionales, a los trabajadores, a los cuadros directivos, a los funcionarios, a las personas mayores, etc.

Sin recursos humanos cualificados –también podríamos decir que alfabetizados- en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) no podrá existir y avanzar la sociedad de la información. El sistema educativo, por lo tanto, debe estar al servicio de políticas sociales públicas destinadas a construir y consolidar un modelo de desarrollo social apoyado en los principios políticos de la democracia y de la redistribución de la riqueza.

Entre los retos y acciones para un proyecto educativo al servicio del desarrollo humano y democrático de la sociedad de la información, Moreira menciona los siguientes:

· Integrar las nuevas tecnologías en el sistema y cultura escolar, sin excluir las formas tradicionales de acceso a la información, como lo es la cultura impresa.

· Replantear y redefinir los contenidos culturales del currículo.

· Desarrollar estrategias de formación del profesorado y de asesoramiento a los centros escolares en relación a la utilización de Las tecnologías de la información y comunicación con fines educativos.

· Planificar y desarrollar proyectos y experiencias de educación virtual apoyadas en el uso de Las redes telemáticas así como propiciar la creación de comunidades virtuales de aprendizaje; creación de webs.

· Estimular la innovación de las prácticas docentes para facilitar que los procesos de enseñanza se dirijan a la reconstrucción de las experiencias e informaciones que los niños y jóvenes obtienen extraescolarmente.

· Formar a los sujetos como usuarios inteligentes de la información, para que puedan distinguir lo relevante de lo superfluo. Es decir, crear herramientas de pensamiento y marcos de interpretación.

· Replantear los modos de actuación docente, los procesos de aprendizaje, así como las metas, y formas de enseñanza. Esto significará que los procesos formativos ya no sirven.

· Los alumnos deben disponer de una gran autonomía y control sobre su propio proceso de aprendizaje. Debe aprender a saber buscar, seleccionar y analizar aquella información en las distintas fuentes de consulta.

· Debido a que las empresas reclaman trabajadores cualificados en las nuevas tecnologías, los profesionales deben estar permanentemente actualizando sus conocimientos, volviendo cada tanto a retomar clases en las aulas, realizando cursos formativos de postgrado, postítulos, licenciaturas, etc.

· Mejorar la calidad de los procesos formativos y de aprendizaje del alumnado apoyando la actividad docente en el uso de estas tecnologías (mediante videoconferencias, CD-ROM, vídeos didácticos, foros de discusión mediante correo electrónico, redes telemáticas locales para la formación...).

· Transformar las bibliotecas y centros culturales no sólo en depósito de la cultura impresa, sino también en espacios de acceso a la cultura audiovisual e informática.

· Una meta educativa importante para las escuelas debiera ser la formación de los niños y niñas como:

ü Usuarios conscientes y críticos de las nuevas tecnologías y de la cultura que en torno a ellas se produce y difunde.

ü Que desarrollen un cúmulo de valores y actitudes.

ü Y que utilicen los medios y tecnologías en su vida cotidiana no sólo como recursos de ocio y consumo, sino también como entornos para expresión y comunicación con otros seres humanos.

Personalmente, prefiero someterme a las reglas que nos imponen los tiempos en los que vivimos, respecto a las tecnologías digitales y las innovaciones. Lo que quiero decir con esto, es que prefiero seguir perseverando en el proceso de adaptación a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías, aunque ello requiera un esfuerzo formativo extra, para adquirir las competencias instrumentales, cognitivas y actitudinales para el manejo de las mismas. De esta manera, podré desempeñarme en el área que me corresponde, de forma fluida y significativa, adecuando e interactuando contendidos propios del área, con el uso de las tecnologías. Ya que “no hacerlo, significará correr el riesgo de entrar en la nómina de los nuevos analfabetos” (Area, 2001 a,b). Y es en esa lista precisamente, en la que no me gustaría figurar. Sí me gustaría integrar, la lista de los profesores emprendedores y actualizados, que se preocupan y ocupan afanosamente en su tarea, es decir, en el proceso enseñanza- aprendizaje, mejorando día a día sus prácticas, e innovando estrategias de intervención, y revisando currículos, en favor de la formación cualificada de los recursos humanos disponibles, y contribuyendo con lo que Manuel Area Moreira afirma que es el progreso de un país.

Tenemos que aprender a convivir con las tecnologías… Conozco personas que se resistían a tal nivel, que no querían ni celular, porque creían que igual podían vivir sin él, y que no lo necesitarían nunca. Lo que no quiere decir que determinantemente “no se puede vivir sin celular”, obvio que se puede, pero el mismo círculo vicioso, por llamarlo de alguna manera, te lleva a que te compres uno, y que con el tiempo te veas tan absorbido por él, que terminas dependiendo absolutamente de él. Así también sucede con las demás tecnologías y medios de comunicación ya que se han convertido en objetos cotidianos y casi imprescindibles en nuestra vida, y no saber utilizarlos, da por resultado la exclusión de amplios sectores de la sociedad… ¿Le agradaría a usted ser una mas en la lista? ¿En qué nómina prefiere estar inscripto/a?

Considero que uno de los retos más importantes mencionados por Area Moreira, es el que respecta al tratamiento de las tecnologías de la información y comunicación en el proceso de formación docente, es decir en profesorados o niveles terciarios, con vista a la utilización de ellas, con fines educativos. Hago mucho hincapié en este punto, debido a que si yo, como futura profesora, no hubiera contado con profesores y especialistas capacitados en dicha área, hoy estaría sencillamente integrando la lista de los nuevos analfabetos, siendo nada más que una observadora pasiva de los cambios e innovaciones, mientras que a mi alrededor, el mundo evolucionaría apresuradamente. Pero lo que no quiero decir, es que la formación con la que nos recibimos, basta y sobra; la realidad, es como la postula Area, puede, “que los procesos formativos, pasado unos pocos meses, quizá, ya no nos sirvan”, lo que nos lleva a pensar que las capacitaciones son de por vida, y que día a día podemos y “debemos” seguir formándonos y adaptándonos a los cambios, aun hayamos terminado la carrera.

Por lo tanto, otro reto significativo del futuro está, en que los centros educativos innoven no sólo su tecnología, sino también sus concepciones y prácticas pedagógicas lo que significará modificar el modelo de enseñanza en su globalidad: cambios en el papel del docente, cambios del proceso y actividades de aprendizaje del alumnado.

Por eso amigos lectores, alumnos, chicos, jóvenes, adultos, ancianos, docentes o no, ¡anímense! Súmense y pongan en práctica estos retos y acciones que menciona Area Moreira, al servicio del desarrollo humano y democrático de la sociedad de la información. Estamos a tiempo.

“Es indudable que la educación sigue siendo un motor de cambio, progreso y cohesión social.”

“La educación es y seguirá siendo fundamentalmente una actividad de interacción humana intencional, y en consecuencia, es política, regulada por valores, ideas y sentimientos, aunque ahora podamos mediar dicha interacción con un sinfín de artefactos tecnológicos”.

Docteur Eliana Pamela

FUENTE: Manuel Area Moreira. Universidad de La Laguna

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